miércoles, 23 de marzo de 2011

UNA CASA NUEVA


Un obrero, cansado de sus años de trabajo, decidió retirarse para dedicar más tiempo a estar con su familia, y así se lo comunicó a su jefe. Éste recibió la noticia apenado, pues se trataba de un empleado muy eficiente, dedicado a su trabajo. Sin embargo, antes de que cesase por completo en el ejercicio de su empleo, el jefe le pidió que realizase una última construcción como favor personal.

El obrero, un tanto molesto por el retraso de su retiro, comenzó la obra de una magnífica casa, tal y como deseaba su jefe. Sin embargo, no dedicó el mismo interés, pensaba ya en el descanso y trabajaba sin el tesón y el empeño que antes le caracterizaban. Realizó la edificación de mala gana, sin motivación y deseando terminar cuanto antes para disfrutar de su merecido retiro, empleando incluso materiales de menor calidad.

Cuando por fin terminó la obra, el jefe acudió para inspeccionar la casa, y, tras revisar cada estancia, regresó junto al obrero y le entregó las llaves:
-Esta casa es mi regalo para usted en agradecimiento por tantos años de servicio.


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miércoles, 16 de marzo de 2011

EL HEREDERO DEL TRONO


En un pueblo lejano, un rey muy anciano convocó a sus cinco hijos a una audiencia privada en la que les daría una importante noticia. Todos asistieron y el rey les dijo: "Os voy a entregar una semilla diferente a cada uno de vosotros. Al cabo de seis meses deberéis traerme la planta que haya crecido. El que presente la planta más bella heredará el trono".

Así hicieron todos, pero uno de los jóvenes plantó su semilla y no germinaba por más cuidados que le daba. Mientras, todos los demás no paraban de hablar de las hermosas plantas que habían crecido de sus semillas.

Llegó el momento y acudieron a su padre con sus preciosas y grandes plantas. Todos menos uno, que llevaba en la mano la semilla que su padre le había dado seis meses atrás. Cabizbajo, triste y avergonzado, se presentó el último ante su padre. Al ver el resto de los hermanos que no llevaba nada, hablaban entre ellos y se burlaban de él.

El alboroto fue interrumpido por la llegada del rey a la sala que, con atención, observó las cuatro plantas y la semilla, que permanecía en la palma de la mano de uno de sus hijos. Se sentó en el trono y llamó a su lado al joven sin planta. "Aquí tenéis a mi heredero -dijo el rey ante el asombro de todos-. Eres sincero y valiente, pues fuiste el único que no cambió una planta crecida por una semilla infértil"


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