domingo, 19 de febrero de 2012

EL PRECIO DE LA VIDA


La vida de una persona tiene muy poco valor. Se pueden vivir muchos años, se pueden tener muchas experiencias, buenas y malas, pero hay veces, que ese tesoro tan preciado como es la vida, no se valora lo suficiente.
¿Que puede llevar a una persona a querer marcharse de este mundo?
¿Es valentía, o cobardía?
Yo creo, que el que hace eso, es un cobarde, porque es mas difícil vivir el día a día, luchando por salir adelante.
Sin embargo, quitarse la vida, es un momento....en unos segundos, dejas de existir.
Pero lo cierto es, que yo no tendría valor para hacerlo. Y en parte admiro a esas personas cuando deciden acabar con los sufrimientos, y marcharse para siempre, descansando en paz.
Es tan frágil el ser humano....que a pesar de todo lo malo que es capaz de hacer, un simple golpe, puede acabar con el. Un revés en la vida, una mala racha, puede enloquecerlo....tan duro por fuera, tan blando por dentro.

LOLI

sábado, 11 de febrero de 2012

EL BURRO


Cuenta esta historia que un joven de la ciudad se fue al campo y le compró un burro a un viejo campesino, por 100 euros.

El campesino acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo:
- Lo siento hijo, pero tengo malas noticias… el burro murió.
- Bueno, entonces devuélvame mi dinero…
- No puedo, ya lo he gastado…
- Bien… da igual, entrégueme el burro…
- Y ¿para qué?… ¿Qué va a hacer con él?
- Lo voy a rifar.
- ¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?
- Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.
Un mes después de este suceso, se volvieron a encontrar el viejo vendedor y el joven comprador.
-Que pasó con el Burro?
- Lo rifé, vendí 500 rifas a 2 euros.- y gané 998.-
-¿Y nadie se quejó?
- Sólo el ganador… pero a él le devolví sus 2 euros.

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domingo, 5 de febrero de 2012

INCREIBLE



Un matrimonio bautizó con la palabra “Increíble” a su hijo, porque tenían la certeza que haría increíbles cosas a lo largo de su vida.
Lo cierto es que, lejano a aquel mandato familiar, Increíble tuvo una vida equilibrada y tranquila. Se casó y fue fiel a su esposa durante setenta años.
Los amigos le hacían todo tipo de bromas, porque su nombre no coincidía con su estilo de vida.
Justo antes de morir, Increíble le pidió a su esposa que no pusiera su nombre en la lápida, para evitar cualquier tipo de bromas.
Cuando murió, la mujer obedeció el pedido, y puso, humildemente: “Aquí yace un hombre que le fue fiel a su mujer durante setenta años”.
Cuando la gente pasaba por ese lugar del cementerio, leían la placa y decían: “¡Increíble!”.

"Hay veces en que el sólo hecho de vivir
es un acto de coraje"

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