martes, 15 de febrero de 2011

CARTA PARA SANDRA


Querida Sandra:
En esta vida, nadie elige donde nace, ni quien es su familia. Venimos a este mundo, desnudos de sentimientos, como un libro en blanco. Vamos aprendiendo con los años, nos enseñan a amar, a confiar, a vivir.
Con al paso de los años, vamos desarrollando nuestra personalidad, y vamos aprendiendo de nuestros errores, pero la influencia de las personas que nos rodean, nos pueden crear conflictos, problemas de identidad.
Para una adolescente, hay etapas en las que es difícil entender la vida, todo parece estar en su contra, parece que nadie las entiende, que no las escuchan…..
El hecho de que seas diferente, es una buena señal, no debemos ser todos iguales, no tenemos porque ser como el resto, está bien ser diferente. ¿No seria aburrido que pensáramos todos de la misma manera? ¿Que todos hiciéramos las mismas cosas?
Yo, soy diferente a las demás personas, no soy ni mejor, ni peor, pero si soy diferente.
Hay muchas cosas buenas, solo hay que buscarlas, intentar ser feliz, no tener miedo a equivocarse.
Te quedan muchas cosas por vivir, y dentro de unos años, lo veras todo de manera diferente, pero lo mas importante es CONFIAR EN TI MISMA, VALORARTE, por encima de todo. Si tú te quieres, ¿Qué importa lo que piensen los demás?
Eres una chica estupenda, con mucha riqueza interior, aprovéchalo, no te dejes pisotear por nadie, JAMAS te dejes manipular……

Un besazo, espero que te guste.

domingo, 13 de febrero de 2011

EL MUNDO EN MINIATURA


Si pudiésemos reducir la población de la Tierra a una pequeña aldea de exactamente 100 habitantes, manteniendo las proporciones existentes en la actualidad, sería algo como esto:
• Habría: 57 asiáticos, 21 europeos, 4 personas del hemisferio oeste (tanto norte como sur) y 8 africanos.
• 52 serían mujeres, 48 hombres, 70 no serían blancos, 30 serían blancos, 70 no cristianos, 30 cristianos, 89 heterosexuales, 11 homosexuales.
• 6 personas poseerían el 59% de la riqueza de toda la aldea y los 6 (¡sí, 6 de 6!) serían norteamericanos. De las 100 personas, 80 vivirían en condiciones infrahumanas.
• 70 serían incapaces de leer, 50 sufrirían de malnutrición. 1 persona estaría a punto de morir, 1 bebé estaría a punto de nacer. Sólo 1 (¡sí, sólo 1!) tendría educación universitaria.
• En esta aldea habría 1 persona con ordenador.
Al analizar nuestro mundo desde esta perspectiva tan comprimida es cuando se hace más apremiante la necesidad de aceptación, entendimiento y educación.
Ahora reflexiona… Si te has levantado esta mañana con más salud que enfermedad, entonces eres más afortunado que los millones de personas que no sobrevivirán esta semana.
Si nunca has experimentado los peligros de la guerra, la soledad de estar encarcelado, la agonía de ser torturado o las punzadas de la inanición, entonces estás por delante de 500 millones de personas.
Si puedes acudir a la iglesia sin temor a ser humillado, arrestado, torturado o muerto… entonces eres más afortunado que 3.000 millones (3.000.000.000) de personas en el mundo.
Si tienes comida en la nevera, ropa en el armario, un techo sobre tu cabeza y un lugar donde dormir, eres más rico que el 75% de la población mundial.
Si guardas dinero en el banco, en tu cartera y tienes algunas monedas en la mesita… ya estás entre el 8% más rico de este mundo.
Si tus padres aún viven… eres una persona MUY rara.
Si puedes leer esta entrada, eres mucho más afortunado que los más de 2.000.000.000 de personas en este mundo que no pueden leer.
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miércoles, 9 de febrero de 2011

REUNION EN LA CARPINTERIA


Sucedió que en cierta carpintería se reunieron las herramientas para arreglar sus diferencias. La mayoría de ellas querían expulsar al martillo, justificando que hacía demasiado ruido y que se pasaba el tiempo dando golpes.

El martillo, herido en su orgullo, aceptó renunciar a condición de que tampoco se le dejase ejercer al tornillo, pues había que darle demasiadas vueltas para que fuese útil.

El tornillo, a su vez, pidió la expulsión de la lija, haciendo ver su aspereza y las fricciones que tenía en su trato con los demás.

Ésta aceptó, pero únicamente si el metro era echado también, ya que siempre medía a los demás según sus marcas, como si él fuese el único perfecto.

En esto estaban, cuando entró el carpintero y, tomando unas toscas tablas de madera, empleó todas y cada una de las herramientas para confeccionar un precioso mueble que pesaba regalar a su esposa.

Cuando finalizó, abandonó la carpintería y las herramientas formaron de nuevo la asamblea. Entonces el serrucho tomó la palabra:

- Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades, lo que nos hace valiosos. ¡Fíjense! El martillo es fuerte, el tornillo une, la lija lima asperezas y el metro es preciso y exacto. Y observen, además, el lindo trabajo que, juntos, somos capaces de hacer.

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LA PIEDRA EN EL CAMINO


Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran piedra obstaculizando un camino del bosque bastante transitado. Algunos pasaron bordeándola, saltando por encima de ella o tomando otro camino. Otros culparon al rey por no mantener los caminos despejados, pero nadie hizo nada para retirar la roca.

Un campesino que se dirigía con su mercancía al mercado la vio. Al aproximarse a ella, puso su carga a un lado, en el suelo, y trató de mover la enorme piedra. Después de empujar y fatigarse mucho, consiguió apartarla. Se estaba inclinando para tomar del suelo su carga y continuar su camino cuando vio una gran bolsa en el suelo, justo donde había estado la roca. La bolsa contenía una gran suma de monedas de oro y una nota del rey en la que ponía que el oro era la recompensa para la persona que moviera la piedra del camino.

El campesino aprendió ese día que cada obstáculo puede estar disfrazando una oportunidad.

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