lunes, 5 de septiembre de 2011

LAS MADRES


Dios estaba muy ocupado en crear a las madres, llevaba ya seis días trabajando horas extraordinarias, cuando un ángel se le presentó y dijo:
- Te afanas demasiado Señor.
Entonces Dios le contestó:
- Acaso no has leído las especificaciones que debe llenar esta criatura: Tiene que ser lavable de pies a cabeza, pero sin ser de plástico; llevar 180 piezas movibles, todas reemplazables, poseer un regazo que desaparezca cuando se ponga de pie, un beso capaz de cubrir todo, desde una pierna rota, hasta un amor frustrado, y seis pares de manos...
Y el ángel confundido observó:
- ¿Seis pares de manos? ¡Eso es imposible!
- No son las manos el problema (agregó el Señor), sino los tres pares de ojos
- ¿Y eso es para el modelo normal? (Preguntó el ángel.).
El Creador asintió:
- Uno para ver a través de la puerta siempre que pregunte: ¡Niños! ¿Qué están haciendo allá adentro?" Aunque ya lo sepa muy bien, otro detrás de la cabeza para ver lo que más le valiera ignorar, pero que necesita saber, y desde luego, los de adelante, para mirar a un niño en apuros y decirle, sin pronunciar siquiera palabra: "Ya te entiendo hijo, y te quiero mucho".
El ángel le tiró de la manga y advirtió mansamente:
- Vale más que te vayas a la cama Señor, mañana será otro día.
- No puedo. Y además me falta poco. Ya hice una que se cura por si sola cuando enferma, que es capaz de alimentar a una familia de seis personas con sólo medio kilo de carne molida, y de persuadir a un chiquillo de nueve años para que se esté quieto bajo la ducha.
Lentamente el ángel dio la vuelta en torno a uno de los modelos maternales.
- Me parece demasiado delicada (comentó con un suspiro).
- ¡Pero es muy resistente! (Aseguró Dios emocionado.) No tienes idea de lo que es capaz de hacer y sobrellevar. ¿Podrá pensar? ¡Claro! Y también transigir.
Por último el ángel se inclinó y pasó un dedo por la mejilla de la modelo...
- ¡Tiene una fuga!
- No es una fuga, es una lágrima.
- ¿Y para qué sirve?
- Para expresar gozo, aflicción, desengaño, pesadumbre, soledad y orgullo.
-¡Eres un genio Señor!
Y Dios con perfil de tristeza observó:
- Yo no se la puse...


Anónimo

No hay comentarios:

Publicar un comentario